sábado, 23 de enero de 2010

SURSUM CORDA !

No queda otro remedio, cuando la bajada es profunda y toca aquello más sensible de las personas, su vivir cotidiano, sus sueños acariciados durante mucho tiempo, la libertad de decidir el futuro con cierto optimismo, hay que dar la patada al fondo de la piscina y salir a flote como sea.
Tenemos tantas cosas maravillosas que podemos hacer sin ni tan siquiera gastar un euro..... cosas como las que proponia hace unos dias y que merecieron unos interesantes comentarios.
Se acabaron las lamentaciones, el somatizar los malestares, nos va en ello la salud, ni más ni menos.

Este frio invierno está gestando una risueña primavera, un resurgir de la naturaleza que cada año nos alegra y que nunca es igual, aún que se repita cada año.
Recordar los cantos de alegres pàjaros, el esplendor de los colores de las flores ( vaya cursiladas, no?), esta añoranza de aquello que tuvimos a raudales y ahora está mudo e incoloro, alimenta la esperanza, esta débil lucecita que poco apoco va iluminando nuestro andar de aquí para allá pensando en lo que va a venir.
A veces creo que se puede vivir de tan pequeñas ilusiones, sorpresas que no habíamos previsto: una nueva amistad, un aprendizaje nuevo que siempre habíamos pospuesto y tantas otras pequeñas alegrias con las que adornar nuestro ser en este mundo tan contradictorio, tan diverso, fuente de alegrias y también de decepciones, de esperanzas y fracasos, pero siempre ahí constantemente sosteniendo la vida, y el devenir de todas las criaturas que en él habitamos.

jueves, 21 de enero de 2010

LA CUESTA DE ENERO

Una cuesta difícil la de este enero, por diversos motivos, económicos la mayoria, que han puesto en evidencia unas disparidades de criterio en el seno de la Comunidad Europea al respecto.
Nadie se quiere mojar y cortar por lo sano, el vaivén de la inmigración desestabiliza algunos presupuestos municipales, no pensados para atender a tantísima gente que además no encuentra trabajo y se transforma en un potencial peligro, si la situación no encuentra un cauce racional de convivencia pacífica como seria de desear.

Los políticos, hartos de la situación, se dedican a soñar grandes eventos, como ferias internacionales, forums de culturas decadentes, olimpiadas y otros eventos deportivos, musicales, o de lo que sea, para aparentar que aquí no pasa nada y que estamos muy contentos...

Tanta hipocresia y tanto no querer abordar las cuestiones importantes saliendo por la tangente, es un "talante"muy caro para un país como el nuestro donde el paro está paralizando la industria, el gran motor sobretodo en Cataluña y el País Vasco, desde mediados del siglo XIX, y que tanto esplendor dió a la sociedad de entonces. Qué dirian si vieran cómo dilapidamos aquello que ellos levantaron con tanto esfuerzo.

La sociedad civil tenia gran peso en la sociedad, sólo hay que pensar en que el Liceo de Barcelona y el Palau de la Música fueron sufragados por subscripción popular, y ahora algunos incluso se atreven a vivir del cuento a partir de alguna de estas entidades que dieron y dan todavia prestigio a la ciudad.
Muy lamentable, pero cierto. La mayoria de ciudadanos contemplamos perplejos todo este trasiego de personalidades poco maduras a distintos niveles, y con responsabilidades mal asumidas las más de las veces.
Mientras tanto, otros mueren a miles porque quizá la Tierra, harta también de aguantar tanta idiotez, se resquebraja y revuelve sobre sí misma, pagando justos por pecadores, como casi siempre.

jueves, 14 de enero de 2010

TODOS SOMOS POBRES Y NECESITADOS

Los recientes sucesos de Haití nos llenan de tristeza, pero es difícil comprender porqué siempre son los más pobres los que tienen que cargar con desgracias mayúsculas cómo ésta. Muchas de estas personas tienen unas construcciones frágiles que no resisten los temblores sísmicos de cierta magnitud, no poseen equipamientos ni servicios que permitan descubrir con rapidez los atrapados bajo los cascotes de las que fueron sus casas y recobrar los cadáveres enterrados en vida en muchos casos. Las ayudas internacionales llegan, pero sólo palian un poco el marasmo en el que probablemente quedaran sumidos durante un largo período de tiempo y que ya no reflejarán los medios de comunicación, puesto que en aquel momento habrán dejado de "ser noticia".

A raíz de este suceso he revisado un poco nuestras actitudes habituales frente a la desgracia ajena, y constato que es un mezcla de curiosidad malsana, una sensación de seguridad algo falsa, y una tendencia a olvidar rápidamente el suceso en favor de otro, que se solapa con el que ya es historia...

Vivimos cómo si estuviéramos en otra galaxia, nuestras pequeñas comodidades nos satisfacen y nos otorgan un cierto sentido de que estamos al margen de aquello que sucede a miles de kilómetros de aquí.

Nosotros también somos pobres, pero en otro sentido: tenemos la pobreza de la "áurea mediocritas", de pertenecer al primer mundo, privilegiado en algunas cosas, pero algo pasota y poco atento al dolor ajeno. Con alguna "limosnita" de vez en cuando para alguna causa que nos parece justa, acallamos suficientemente nuestra conciencia y vamos tirando.

Somos como unos niños de casa buena que tenemos garantizados unos mínimos, que vivimos en zonas en las que los fenómenos extremos no son frecuentes y disponemos (más o menos según zonas), de equipamientos de atención en caso de una desgracia personal o colectiva.

No sé predecir cuándo estas terribles diferencias se armonizaran pero me temo que va para largo...

lunes, 4 de enero de 2010

TIEMPO DE ESPERA : EL CICLO CONTINUA

El paréntesis navideño, con su triple celebración, rompe las rutinas cotidianas, tiene un no se qué de mágico, y no sólo por las celebraciones llenas de significados paganos y religiosos, que cada cual puede interpretar como quiera segun sus convicciones, o su capacidad de imaginación.
Quizá la fiesta que más enardece esta imaginación es la visita de los Reyes Magos. Unos sabios que desde Babilonia vieron señales en el cielo que auguraban el nacimiento de un nuevo rey para Israel; si era una supernova, una alineación planetaria o un cometa, poco importa, lo esencial es que se sintieron motivados a emprender un largo viaje hasta Jerusalén y Belén.

Nuestra civilización occidental absolutamente ciega a los fenómenos celestes a causa de la contaminación lumínica, anda desnortada y es natural que así sea, además ya no sabemos leer apenas los eventos celestes directamente en el cielo. El Hubble lee por nosotros lo que no podemos ver, algo es algo. pero no sabemos interpretar todavia lo que nos llega del espacio, ahora en el desierto de Atacama en Chile, se están montando unos radiotelescopios en serie a una altitud de 5.000 m. para poder saber quienes somos, de donde venimos, donde estamos y a donde vamos...

En todo caso, estos dias se prestan a la reflexión serena sobre nuestra contingente realidad tan efímera en el tiempo si la comparamos con los ciclos astronómicos o geológicos.
El ciclo anual, con sus fiestas y sus cambios de estación, es lo que conocemos, y el solsticio de invierno que coincide con estas fiestas navideñas me ha sugerido esta pequeña reflexión, que creo demuestra una vez más nuestra insignificante presencia en un mundo, cada vez más empobrecido en todos los sentidos, por causas que no por mucho analizarlas dejarán de exixtir, ya que son connaturales a nuestra forma de ser: el afan de enriquecerse con poco esfurzo, la indiferencia por la devastación y agotamiento de recursos naturales y biodiversidad, la frivolidad con la que organizamos nuestra forma de estar en el mundo, y la pobreza de espíritu, que es mucho peor todavia que la material.
Que lo Reyes Magos inunden nuestras almas con los dones de la sensatez, la sabiduria y el amor sin límites por todo lo que nos rodea.