jueves, 25 de febrero de 2010

LOS ENTRESIJOS DEL ALMA

Somos seres sociables, nos gusta compartir, nos gusta ser valorados por nuestros actos, nuestro aspecto, nuestros proyectos y sueños que nos permiten realizarnos, ser alguien que puede aportar valor añadido al grupo o grupos a los que pertenece.
Es en la adolescencia cuando se comienza a forjar el carácter propio, que ya ha sido modelado en parte por la familia y la escuela. Es el momento de escoger la forma más idónea de comunicarnos, de decidir hacia donde nos llevan nuestras preferencias en cuanto a estudios, aficiones, amistades y conciencia de nuestro estar en el mundo.
Como armonizar este cúmulo de elecciones que solicitan nuestra atención? es decisivo tener puntos de referencia, personas en las que confiar, para así ir afianzándonos en la vida, forjar nuestra voluntad, nuestro espíritu, para que esté dispuesto y atento a un orden de prioridades que nosotros mismos hemos de decidir.
Harto difícil parece la tarea vista desde la perspectiva de los años maduros, todos la hemos pasado y de una u otra forma hemos configurado nuestra personalidad.

Pasan los años "de galeras" com diría Verdi, preparándonos, trabajando, teniendo hijos o no, organizando espacios donde vivir, viajando y conociendo gentes diversas, amando todo aquello que nos rodea y que nos es grato.
El viaje a veces presenta dificultades: de pareja, económicos, de autoestima, de incomprensiones, de fallecimientos de familiares, enfermedades, o estados de distonia vital...
Por fin llega la edad de descansar de tanta fatiga, la jubilación, y con ella la posibilidad de más tiempo para pensar, ordenar nuestro interior y exterior de la mejor manera posible, continuar conociendo, amando, viajando, pero de forma más contemplativa, más serena, más madura.
Es una segunda adolescencia pero al revés: hay alguna vela que plegar en nuestra actividad, alguna molestia física que hay que atender,
algunos asuntos difíciles que resolver con vistas a la vejez que se aproxima.
La receta es la misma que en la juventud: saber exactamente quien somos, qué queremos y qué podemos hacer... así de simple.
Las ventajas de la experiencia son enormes, y a veces nos guian certeramente sin más que consultar con la almohada un par de noches. La capacidad de disfrutar de lo que hacemos se multiplica con la apreciación de detalles que antes no habíamos visto ni oido: la pintura la música, las artes en general, nos dicen más por las resonancias en nuestro saber acumulado con los años.
Las amistades son realmente disfrutadas en toda su magnitud y el amor que sentimos es dulce, sereno, compartido, sincero, sabemos ver y escuchar más con el alma que con los sentidos. Una etapa de la vida digna de ser saboreada como merece.
Felicito desde aquí a todos los que saben cambiar el ritmo de su vida en el momento preciso, para disfrutar de aquello que sólo podemos entender cuando ya hemos subido a lo alto de la montaña, y vemos el panorama completo de nuestra existencia alrededor, unos gozos y sombras que conforman nuestra pequeña historia.

lunes, 8 de febrero de 2010

ALEA IACTA EST

Ya estamos en la cola de Europa, primero fué el nivel escolar y de la educación en general, y ahora la economia mal gestionada, que hacia tiempo que daba síntomas de desplome inminente.
Somos un país muy extraño: cuando más necesitamos mentes bien formadas que puedan dirigir nuestros inciertos destinos, sólo se nos ocurre aumentar los dias lectivos, cambiar los dias de vacaciones para repartirlos durante el año, sin tener en cuenta el clima, las posibilidades de las familias para hacer semanas blancas, y acortar la sana costumbre de veranear en verano.
El resultado de más horas lectivas, no es precisamente el remedio que seria prudente, ni el que hacia falta, sino llenar de contenido real y sin tantos ordenadores que distorsionan la pedagogia tradicional, las largas horas de permanencia en los centros docentes.

Qué oscuros intereses puede haber detrás de estos despropósitos? cómo afrontar con cierto coraje nuestra lentísima recuperación de todo orden, que se nos echa encima y que será larguísima?
Las soluciones no se vislumbran fáciles, la suerte ya está echada, como digo en el título de este post, a algunos esta "suerte" les favorece, pues a poco que puedan, seguiran con sus ideas de siempre intentando poner a salvo los intereses de unos pocos a costa de lo que sea.

Probablemente las cosas mejorarán, por el simple hecho que no pueden ir peor y esta es una ley que casi siempre se cumple, pero a costa de tantos disgustos, de tanta pérdida de la salud física y moral en la población, de tanto dolor y sufrimiento inútil, es un balance muy negativo que da mucho que pensar.
Invito cordialmente a mis queridos comentaristas que querais aportar soluciones a tanta estulticia, o quizá se trata de un mal que no erradicaremos, pues está demasiado enraizado en nuestra idiosincracia ibérica, que además se perpertuará gracias a la mala educación que ofrecemos a las nuevas generaciones.