martes, 27 de abril de 2010

LOS MALES DE NUESTRO TIEMPO

No sabemos quien maneja los intereses que hacen posible que la agricultura sea infravalorada, y las tierras de cultivo zonas susceptibles para ser reconvertidas en urbanizaciones u otras infraestructuras. Que yo sepa no venden hectáreas cultivables en ninguna tienda, es un bien que está ligado a la tradición de familias que durante generaciones han cultivado sus tierras y criado animales para su sustento. Esto pronto será un recuerdo romántico que algunos recordarán de la época de sus abuelos y basta.
Cuando compramos en el mercado, no nos importa de donde procede lo que ponemos en el carrito, consumimos productos que vienen de muy lejos, y tan contentos.
Es como renegar de lo nuestro, no valorar nuestros productos, con honrosas excepciones, claro está, pero no basta.
El domingo hubo unas personas que se manifestaban en contra de la construcción de un polígono en tierras agrícolas, cerca del pueblo de Folgueroles donde nació Jacinto Verdaguer.
La situación era bastante curiosa, pues el trato ya estaba hecho y por tanto no se replantearia en ningún caso un cambio en el destino de unas 10 hectáreas, para ampliar un polígono ya existente. Contra quien o qué se hacia esta protesta, si la suerte ya estaba e echada? una cuestión testimonial meramente, el derecho al pataleo y basta. Son cosas de cada dia, un poco más aquí o más allá, se van borrando las señas de identidad en favor de negocios impersonales de multinacionales o similares. Un domingo triste, ciertamente.

miércoles, 21 de abril de 2010

LOS CAMPOS FLORIDOS

Espectacular el intenso color amarillo de los campos de colza, que en contraste con el verde intenso del trigo forma un mosaico digno de verse. Los frutales añaden sus flores blancas al conjunto: cerezos, perales, ciruelos, están en su momento más hermoso. Desde luego, vale la pena pasear por el campo estos dias, particularmente al atardecer cuando el sol rojizo alumbra el conjunto.

Cada vez soy más contemplativa de lo que va sucediéndose a lo largo del año, y constatando como puntualmente cambian los colores, las formas, las hojas nuevas salen con vigor inusitado para perecer unos meses más tarde, la caducas, claro.

Bueno, a falta de un tema de más enjundia, aporto esta placidez que siento frente a un espectáculo tan sencillo como encantador, que me permite cargar pilas y descansar la vista entre estos regalos de la naturaleza.

Hasta pronto y cuidaros la salud, un tesoro frágil y valioso.